Ella, joven alumna aventajada de piano. El, su maestro.
Ella, enamorada de su aire taciturno, replegado en si mismo, con su aspecto desaliñado, la cara de estar permanentemente a medio camino de entre el sueño y la vida real, estado del que solo salia para dedicar amplias sonrisas a su alumna, y palabras de consuelo cuando la leccion se mostraba imposible, cuando ninguna de las teclas del piano parecia estar en su sitio y el viejo piano de pared no cantaba lo que se esperaba de él.
Así pues, una mañana de Enero, ella decidio declararsele, pero sabía que no le saldrian las palabras. Asi que, sentados los dos al piano, ella vio la solucion al alcance de sus manos. O mejor dicho, de sus dedos. Y cuando él le pidio que ejecutara la pieza acostumbrada, ella, haciendo caso omiso, tocó..
Do Re Mi Fa Sol La Si
El, se quedo perplejo, y ella, le miro unos segundo y luego insistio:
do..re..mi..fa..sol..la..si..
Él la miraba con ojos extrañados, y ella, sonrió e insistió una vez mas
Do..
Re..
Mi..
Fa..
Sol..
La...
...
SI?..
Él, dudo un momento, pero, como despertando de su acostumbrado ensoñamiento, la miro, sonrió, y tocó lo siguiente:
"Si, Mi Sol, Si"
lunes, 14 de julio de 2008
Cuentame un cuento....
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentarios:
Un cuento muy simbólico. :-) Me ha gustado.
Publicar un comentario