miércoles, 23 de abril de 2008

Tears dry on her own way

No se porque escribo ahora. No se si es porque no he llorado, o porque no he visto la necesidad de ello. No se si esto me va a ayudar en algo, si necesito esa ayuda, o si estoy bien.

Veréis, el lunes mi móvil sonó por la mañana, y supe que era LA llamada que había estado esperando desde hace tiempo. Tras las palabras de mi padre, tras el eufemismo "La abuela esta mal, estate atento y mantén el contacto" había una realidad que se materializo el martes al mediodía. Cuando llegue al pueblo en el bus Valencia-Enguera, mi Yaya, mi abuela paterna, estaba (inserte eufemismo).

Ella...nunca hubo mucho trato, todos teníamos una vida alejada de ese nido, e incluso tras la muerte de mi abuelo, y eso a ella le molestaba. “Me iré pronto y ya veréis” . Pero cayo enferma, y eso fue la brecha por la que se coló en nuestras vidas...mis tíos se desvivían por atenderla, pero ella quería mas, y atormentaba, se quejaba, y en ocasiones me sacó de quicio como podía una persona así dar muestras de una maldad como la que ella soltaba por la boca. Mi padre se quedo con ella una temporada, cuando el estaba de baja, y ella no paraba de decirle que el tratamiento que el estaba siguiendo no valía para nada, que estaba mucho peor...para mi eso hubiese bastado, conociendo a mi padre, para mandarla a la mierda, previo paso por la ventana, pero todos la veían venir, y aguantaban y callaban.
Y lo peor se lo llevo mi tía. El amor que ella le tenía ella lo usaba para atarla y encadenarla. Las atenciones de los demás, ese sin vivir, era insuficiente, ella tenia que estar con su hija, porque era una mujer que no sabía nada, no sabía como salir adelante de una separación, no sabía como salir adelante con dos hijas, mis primas...a ojos de mi abuela mi tía no sabia nada, no era nadie y su sitio no era otro que el estar al cuidado de su madre. Mi tía, a todo esto, es una mujer fuerte, con dos hijas preciosas, con algunos problemas, pero ella ha demostrado saber seguir adelante y su ex-marido no era ni de lejos, un ogro. Pero los reproches de mi abuela consiguieron, sino atarla, si mantenerla orbitando a su alrededor. Y mi padre y mis tíos igual. Y cayeron en batalla dos cuidadoras que huyeron, una por incompetencia, y otra porque se le acabó la paciencia. La ultima, Ana, fue una suerte para todos.

Pero llego algo que cambio las cosas. Demencia senil, acompañada de un deterioro físico que hacían de ese ogro poco mas que un bebe, un cuerpo frágil y una mente anclada en un pasado lejano, y un presente inexistente. Para ella, lo soñado, lo ya vivido y el presente eran todo uno. Los momentos de lucidez eran escasos, y podían mostrar lo mejor y lo peor de ella. Y la cosa siguió, entre sustos y disparates, recaídas, mejoras, y atisbos de un orgullo absurdo. Era un bebe al que alimentar, al que aguantar rabietas. De repente exigía que la llevasen a su casa, la que dejo hará 40 año, o se reía por algo pasado tiempo ha.

Y el martes todo llego a su fin. Así que entenderéis que para mi fue un descanso. Para mi, y sobretodo para sus hijos. Y la tarde de lloros y visitas dio paso, poco a poco, a una noche con retazos de humor, anécdotas, risas, repaso a la vida familiar de todos los presentes, mas lagrimas...pero poco a poco se colaba la sensación de descanso. Por ella. Por todos.

Y hoy, cúmulo de instantes: despierto, no tengo ropa de luto. Camisa y pantalón anchote. Vete a casa de tu abuela. Más lagrimas, más familiares. Mis primas pequeñas que acaban de llegar. Más abrazos. El ex de mi tía, cuanto tiempo! "mal ho tenim els cules, eh?". Todos hemos dormido mal. Se llevan el ataúd. Más lagrimas. Mi madre: "no pierdas de vista a tu padre". No pensaba hacerlo. Sube la cuesta siguiendo el coche fúnebre. Esto es un pueblo, y aqui estas cosas son así...mas intensas. Más familiares. Me lanzan halagos, jaja. Misa? Ay Dios! Entro?. Es mi deber, por mi padre y por el resto. En segunda fila (tomaaaa). Solo se el padre nuestro. "Oremos" = Levántate. "Daos la paz". Cantos, rezos, discurso. Quiero salir, me ahogo, no quiero estar aquí. Me aguanto. Se llevan el ataúd. "Barrereta". Hijos y nietos se ponen en fila, y el que quiera pasa y les da el pésame. Deber. Pasan manos grandes, manos frías, alguna deforme, pero casi todas firmes. El coche fúnebre esta parado justo enfrente mió. "Joder yaya, para no salir de casa, mira si te conocía gente". Sigue la comitiva, rumbo al cementerio. Sol, calor, y una subida de tres pares de cojones. Mis primas se unen. Lagrimas. Abrazos. Afecto. Mi padre pidiéndome kleenex. Llegamos al cementerio. Junto a la lapida de mi abuelo. Más gestos emotivos. Las últimas trazas de compostura de tíos y primos se van a pique. Lloros y más lloros.

...y al salir del cementerio, poco a poco hemos dejado que el sol nos caliente, y una sensación de conclusión, de punto y final, de paz y descanso se ha ido haciendo Mas presente. Hemos comido juntos 16 de los 20 miembros de la familia, en casa de mi abuela. Irónicamente, la que hará cosa de 2 horas era una casa de luto, ahora estaba llena de vida. De risas, de planes, expectativas. De sentimiento de unión, de "clan".

Buenas noches, se os quiere a todos. Y disculpad si no pongo un final en condiciones, pero si hablamos de finales, estos días ya he tenido suficiente.

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